
Me lo pregunto siempre, ¿por qué el miedo a dar a la juventud la alternativa a pesar de la falta de experiencia? Todos empezamos gracias a que alguien confió en nosotros, sea cual sea el trabajo o profesión. Por suerte, y lo dejo bien claro antes de meterme en harina, hay personas que son capaces de ver lo que vales sin necesidad de mirar tu curriculum.
Entrando en materia, sin duda, es mejor ver como alguien se atreve a dar una oportunidad, te forma y luego ya si eso, le hago una oferta y me lo llevo. Siempre con la caña dispuesto a pescar, ¡vaya! igual no somos tan diferentes a los que acuden a dormir al Parlamento… Esos que dicen preocuparse por todos…
La juventud tenemos inexperiencia y ganas a raudales, por una oportunidad tragamos lo intragable. Horarios con horas sin cotizar y sin cobrar, con tal de demostrar nuestra valía. Asumimos contratos de prácticas organizados por el Estado en favor del fomento de la contratación de recién titulados, los cuales permiten establecer un salario más bajo que con un contrato normal y subvencionan una parte de esa cotización a la Seguridad Social por parte del empleador.
Algunos días, sobretodo cuando estoy con el ánimo bajo, lo pienso, porque no dar la alternativa a ese chaval/a que se quiere comer el mundo. Solo necesita un buen conductor que le guíe al principio y esa esponja llamada juventud en poco tiempo estará a pleno rendimiento y dando frutos.

Yo recuerdo cuando empecé que me daba pánico coger el teléfono y atender a los clientes, o incluso la vía email me causaba mucho respeto. El meter la pata y poder cagar y echar al traste un pedido (como si se fuera a acabar la vida, ¡ya ves tú!) me daba auténticos dolores de cabeza. Sin embargo, un buen compañero de trabajo, incluso unos buenos jefes, quitándote esa «responsabilidad y presión exagerada» que te metes tú mismo hacen que a día de hoy tenga mucha mayor práctica y cero miedos. No en todas las empresas ha sido así, recuerdo unas prácticas que madre mía… dan para otro post.
Además, mi estrecha relación con el deporte gracias al fútbol sala, me hacen replantearme esta pregunta también muchas veces. Si esa jugadora con 15 años le echa más ganas que esa otra con 22, y cumple lo que le pides técnica y tácticamente, ¿por qué no puede jugar la primera? ¡Pues porque no tiene experiencia! Es arriesgado, anda que tú también… y, entonces, ¿cómo empezó a jugar ella? Alguien se debió arriesgar… y le salió bien en su día.
A veces, creo que es bueno abrir los ojos aunque sea un rato y observar lo que nos rodea. Evidentemente toda inversión supone un riesgo, pero si te arriesgas es que algo has visto que puede valer la pena. Yo seguiré apostando por quien me dé lo que yo pido, sea cual sea su edad. Al final, recuerda, que alguien apostó por ti un día, así que no cierres la puerta a nadie… podrías haber sido tú…